Mi vientre ondula de cuando en cuando, puedo verlo moverse y hacer olitas desde afuera ya no sólo siento las ondas sino que puedo verlas siempre que ocurren y siempre sonrío como si las sintiera por primera vez. La mente que toma forma nueva da vueltas, el instinto absorbe a la lógica, el instinto de protección o tal vez el exceso de hormonas que me hacen resguardarme de los ruidos de la noche como si fueran predadores rodeándonos. Pienso en que debo encontrar la forma de relajarme, viajo a mi pasado y veo como en situaciones de paranoia el mejor remedio para mi cerebro activo es cantar con gusto y paciencia, haya sido mientras recorría la perimetral en la madrugada para llegar a mi casa o a la locura que a veces me da.

Sin embargo ya no puedo, no puedo cantar para relajarme debido a que un problema innato en mí se ve ahora exacerbado por las ideas de la nueva vida e inmensamente afectado por los altos niveles hormonales en mi cuerpo, empiezo a cantar una canción y me meto tanto en ella que termino llorando. Lloro conmovida y quieta y la melodia pasa a ocupar existencia en el plano de lo inaudible y hasta ahí llegué. Y me da pena, porque no puedo cantarle una mísera canción de cuna a mi bebé sin ponerme a llorar y tener que detenerme.

Tal vez las canciones que me gustaría dedicarle a este bebé son demasiado emocionales, tal vez no he podido encontrar la indicada, he descubierto que puedo a veces tararear la canción y que sino pienso en la letra como que lo logro por momentos pero luego me acuerdo y sonamos.

Lamentablmente no soy una fan de cosas como a la rurugata ya parió la gata, siento que hay que expresar más y no me puedo conformar con una canción de cuna chistosa, quiero darle una melodía memorable y la seguiré buscando con la esperanza de que luego de que los cambios de mi cuerpo lleguen a su fin luego de que él salga pueda lograr volver a la normalidad y dedicarle melodías completas.

Aunque parece que el blog está bastante bien cuidado por Silmarwen y se han de haber olvidado de mi les cuento que ya parece que el internet en casa es un hecho y que Penny podrá volver a dejar sus hormonales textos en el espacio negro de alma rosa.

Ahora soy una señora pero eso la verdad no se siente ni se lleva es solo una cosa que se comparte, de pronto ya no vivo en la misma casa en la que vivi durante veintipico de años ahora tengo otro hogar que es mi nueva casa, a los tres días me acostumbré a vivir aqui que cosa más rara, es cierto eso de que el hogar de uno no es el lugar material sino la sensación que le proyecta a uno estar en ese espacio, y con quien lo comparte.

Además ahora soy una mujer panzona, no sé cuánto mide el renacuajo de seis meses y pico que llevo dentro pero sé que nunca había comido tanto, tan rico y sin nada de culpa como en esta etapa de mi vida. Pueden decir mil veces que los antojos son un invento pero yo estoy convencida de que son reales, no soy de las que obliga a su durmiente acompañante por un mantecado a las dos de la madrugada pero sí puedo afirmar que gran parte del presupuesto mensual se ha ido a mis caprichos alimenticios.

Soy básicamente un cachorro que duerme mucho, come mucho y visita mucho el baño, cuando este individuo salga voy a estar malacostumbrada a la vagancia y el cambio va a ser medio jodido me imagino.

Ciertamente este post poco tiene de creativo, de poético o de bonito pero qué les puedo decir, llevo casi un mes lejos del teclado y me animo a dejar aqui una huella de lo que ocurre en mi sin muchos adornos ni mucho esfuerzo, como en un diario compartido con algunos pero diario al fin donde al dejar un poco de lo que pasa en mi mente me libero un poco. Hasta que venga un nuevo día de interesantes palabras con la promesa de leernos más seguido.