jueves, septiembre 29, 2005

Tauromaquia: La tortura no es arte




Ha llegado a mi conocimiento que existe un proyecto para que se realicen corridas de toros en Guayaquil, la noticia se ha ganado cruelmente un espacio en la sección "deportes" como si asesinar a un animal por diversión se pudiera considerar deportivo. Es para mí de por más indignante saber que se realizan corridas de toros en varios lugares del mundo y en la capital de mi país, y ahora más desgarrador pensar que esta práctica pueda realizarse en la ciudad en la que vivo como si la violencia de humanos contra humanos que hay no fuera suficiente; ahora se implementará como espectáculo "artístico" la violencia contra los animales.

El siguiente texto detalla los sucesos de una corrida tradicional, lo obtuve de la página de ALA (Alternativa para la Liberación Animal) y espero ayude a crear consciencia de lo injusto que es este asunto:

Las corridas de toros son el espectáculo público de la tortura sangrienta, cruel y prolongada de un mamífero superior capaz (como nosotros) de sentir dolor. La corrida no es más que una técnica de tortura, comparable a las que se emplean con los humanos, capaz de transformar a una persona entera en una piltrafa a la que se puede manejar como se quiera.

Antes de la corrida se encierra al toro en un cajón oscuro (chiquero), lo que tiene el efecto de aterrorizarlo. Cuando lo sueltan y antes de que llegue al ruedo le clavan el primer arpón de puntas aceradas (divisa). Un animal previamente maltratado, manipulado, encerrado en la oscuridad y con el dolor que le produce la divisa, recorre al galope el ruedo en una actitud aparentemente furiosa. Realmente, cuando el toro desemboca en la plaza, ES UN ANIMAL ATERRORIZADO QUE BUSCA DESESPERADAMENTE LA SALIDA.

El picador debe clavar la pica en el cuello del toro delante de la cruz. Teóricamente debe penetrar sólo la punta de acero de 3 centímetros, pero siempre clavan también los 11 centímetros que siguen hasta el tope, lo que representa HERIDAS DE 14 CENTÍMETROS DE PROFUNDIDAD Y HASTA 40 DE EXTENSIÓN, que producen al toro un dolor intensísimo y que lo destroza por dentro. Algunos picadores retuercen la pica para aumentar la penetración, se apoyan en la barrera y hieren detrás del morrillo o en el costado para provocar una hemorragia abundante o PERFORAR EL PULMÓN. Si el toro le parece al torero demasiado peligroso el picador lo «castiga» escrupulosamente dejándolo chorreando sangre, medio muerto y limitado grandemente en su capacidad de movimiento.

Después de que los picadores dejan al toro hecho una piltrafa, el torero demuestra su «valor» dándole pases de muleta, agotándolo por el esfuerzo y la pérdida de sangre. El toro además de mansurrón es un animal miope, daltónico, torpe e ingenuo que embiste al trapo que agitan delante de él, creyéndole culpable de sus males. Llaman asesino al toro que no se deja engañar y embiste al hombre.

Las banderillas terminan en afilados arpones metálicos de 5 centímetros y más largos aún en las banderillas negras. Los banderilleros clavan 4 ó 6 de estos arpones en las mismas horribles heridas de los puyazos o cerca de ellas. A cada movimiento del toro, las banderillas se mueven haciendo que los arpones horaden y desgarren cada vez más la carne, aumentando la hemorragia y «completando» la sádica labor del picador. El terrible dolor que le producen todas estas heridas y el destrozo de los músculos del cuello, es lo que obliga al toro a agachar la cabeza. Luego viene la espada.

Finalmente, se le da la puntilla para intentar seccionar la médula espinal. Si la médula no es seccionada sino sólo dañada, el toro no está realmente muerto, sino con un cierto grado de parálisis y es arrastrado vivo y consciente. Aún en el caso de que la médula quede seccionada, la cabeza del toro sigue «viva» unos minutos, por lo que siente perfectamente el dolor al cortarle las orejas. El toro nunca llega totalmente muerto al segundo acto de la carnicería, en esa trastienda de la plaza donde ya no hacen falta lentejuelas para descuartizar. LO MÁS TERRIBLE DE ESTA HISTORIA NO ES TANTO MORIR COMO SER TORTURADO HASTA LA MUERTE POR DIVERSIÓN.

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¿Es posible hacer algo para evitar que se realicen estas matanzas?¿Habrá cómo crear consciencia y prevenir que la gente se interese en este nuevo "espectáculo"? Al menos podemos manifestar nuestra posición en los pequeños espacios textuales para correr un poco la voz de protesta.



martes, septiembre 27, 2005

Ciudad

No es sopresa para nadie que esta ciudad a veces le despierta a uno las ganas de patearla en el hígado y escupirle en el ojo, es tan fácil llenarse de rabia mientras se recorre el paisaje de Guayaquil.

Egoísta nos mira de reojo porque sabe que puede hacer con nosotros lo que se le venga en gana, porque le es fácil amanecer de un día para el otro ahuecada al mismo tiempo en todas partes porque no se les pasa por la cabeza que podrían acabar algo antes de empezar con lo siguiente para así no joder a todos los ciudadanos, es que la ciudad no discrimina, si jode a los del norte ¿por qué permitir que los del centro se queden atrás?

Y una sale de casa a la misma hora de siempre pero para encontrarse con el peor tráfico del mundo, un tráfico ocasionado por el constante egoísmo de los conductores y el irrespeto absurdo de las señales de tránsito. La calle después del sémaforo está repleta hasta el tope el siguiente carro que avance podría bloquear la avenida y en segundos cambiará el semáforo que dará paso a los de la otra calle de esta intersección, ¿qué es lo que hacen los conductores? Pues lo obvio, acelerar aún sabiendo que no hay espacio y bloquear la calle.

Y esto sucedió en como mínimo las 5 siguientes calles y luego el mismo chiste cuando quise virar para salir del atolladero, no había una calle transitable en la cual la fila de carros no bloqueara a la otra fila de carros, los pitazos eran insuficientes. Un bus inclusive viendo que le hacían relajo se pasó la roja quitándonos la oportunidad de no tener que esperar unas tres otras luces rojas en el mismo sitio, así descaradamente sin siquiera pensar por un segundo que esa luz arriba de su cabeza que se enciende roja significa que le toca al resto de vehículos avanzar.

¿Por qué? Porque todos manejan a su conveniencia, porque todos los seres humanos somos de naturaleza egoísta y queremos llegar primero, porque siempre lo que es propio es más importante que lo ajeno. Teniendo esto en mente es razonable que se hayan escrito tantas leyes justamente para evitar que cada quien haga lo que se le dé la gana de hacer y así evitar el caos, pero si las leyes que existen no se respetan, si nadie vela porque se respeten y si alguien siempre puede encontrar la forma de huir a los castigos por irrespetarlas pues entonces se puede deducir que efectivamente vivimos en medio del caos.

Aquí donde la gente habla por celular en los cines, donde en cada esquina transitada hay un niño haciendo malabares por monedas, donde los semáforos son una simple broma para el transporte urbano, se pierden registros de las aportaciones al IESS, las universidades son la cosa menos exigente, donde las cárceles no reforman sino que matan, donde le toca compartir oxígeno a la gente buena y amable que día a día recorre la ciudad con el ánimo inocente de quien prefiere olvidar la realidad, con los sapos, los corruptos y los monstruos.

Tratando de hallar la forma de cerrar los ojos ante la desilusión de encontrarse con las manos atadas, caminando entre la gente decente y la indecente en medio de la bulla de los pitos originados por el egoísmo en masa de los automóviles que pugnan por no quedarse atrapados perdiendo el tiempo.

Todo eso cruzaba mi cabeza en el momento de rabia en el que uno habla con las tripas y grita de la rabia de tener un bus al frente pasándose la roja y de tener que frenar a raya para salvar la vida.



Las velas



lunes, septiembre 26, 2005

23

A veces hay cumpleaños en los que nada parece ser realmente sorprendente, uno la pasa bien, bebe y hasta se anima a bailar una canción que jamás antes sino habría sido por la cerveza habría bailado, y es divertido y es muy bueno comer pastelitos con caramelo colorido y que hasta le canten a uno happy birthday en el gimnasio, pero la adultez es preocupante.

Cuando era niña mi cumpleaños era todo un evento con fiesta y payasos y regalos, no sólo eso sino que el día de mi cumpleaños era especial, podría estar haciendo exactamente lo mismo que cualquier otro día pero existía una sensación de que el día era especial, una alegría de la nada un hormigueo extraño de la emoción de que nací un día como ese. Pero ya no lo tengo y eso me hace ver que en el camino si bien es cierto uno aprende mucho pues también es cierto que uno deja mucho y a veces me da miedo dejar cosas importantes.

Y no tengo una crisis existencial, la verdad es que tener 23 se siente igualito que tener 22, no biggy, pero de alguna forma me pareció ver en mi un nuevo rasgo de adultez al notar mi falta de emoción sin sentido. Me divertí como pocas veces me divierto, no recibí casi regalos materiales pero el cariño de todos los que se acordaron, los que me abrazaron, los que compartieron algún dulce conmigo y estuvieron ahí parándome bola sin que hiciera realmente nada para merecerlo son cosas que agradezco inmensamente.

Creí que iba a ser suficientemente humilde como para no postear sobre mi cumpleaños, pero ya ven me es inevitable estar frente al monitor y no hacer alguna acotación al respecto pues es lo más reciente e importante que me ha ocurrido y después de todo es mi blog y así mi ego se mantiene contento. En serio gracias a todos los que suelen pasar por aquí y leer en parte mis procesos mentales y en parte el contenido de mi pecho, saber que hay ideas que no se pierden en el viento... no tiene precio.



jueves, septiembre 22, 2005

De como mi familia es una romántica perdida

Es inevitable estar conscientes de que lo que hemos agarrado de nuestro entorno para pegarlo a nuestra personalidad viene en una gran parte de nuestra familia, y que como pequeñas esponjitas vamos absorbiendo muchas ideas durante nuestro desarrollo sin cuestionarlas, al menos hasta que ocurre algo en nuestra vida que rompe este esquema y que nos hace dudar sobre la verdad en la que hemos creído.

Una de estas nociones preconcebidas que mi familia me inculcó muy arduamente ha sido la idea del romance; no debe malinterpretarse, no es como que me sentaban una hora al día a explicarme como funciona la mente masculina, cosa que ahora que lo pienso habría sido muy útil si es que alguien en realidad supiera como funciona la mente masculina que, como ya he mencionado antes es simple para lo básico y complicada para todo lo demás, no fue así, sino que el ejemplo fue el mejor maestro.

Mis padres tienen 37 años de casados, mis hermano en un arranqué de locura se casó a los 18 (aunque se divorció al par de años y luego apenas se volvió a enamorar se volvió a casar) y la esposa de mi otro hermano es novia de él desde que tenían 15 (no tengo idea de como hacen para soportarse), o sea que en mi familia corre la tradición de que te enamoras una vez (o máximo 2 como mi hermano) y es para siempre.

De ahí que el efecto que tiene en otros sea tan heavy, y de ahí que mi ex enamorado se haya asustado cuando vio nuestra foto en la sala de mi casa junto a las demás fotos familiares, pero vamos, que la fotito no es nada comparada con las otras cosas que puede haber como por ejemplo la mega pulsera fantástica de tradición. A alguien mucho antes de que yo naciera se le ocurrió hacer una pulsera de oro con varias medallas, en cada medalla quedaron grabados los nombres de las parejitas familiares del momento, así en pequeñas medallas redondas se puede leer por ejemplo Hugo y Olga y al reverso la fecha de su boda, luego están Rosa y Chicho, Pépe y María, César y Beca y así sustantivamente.

Debo decir que afortunadamente ninguna de estas parejas se ha separado por decisión propia, si algunas no siguen unidas ha sido por motivos superiores y digamos que designios del universo o alguna cosa parecida pues ya no tienen vida para compartir. Pero digo yo, ¿y si acaso hubiera fallado algo en el proceso se habría acaso tachado algún nombre de la pulsera, se reemplazaría luego por una nueva medalla? ¿Qué habría pasado?

Realmente no lo sé, pero sé otras dos cosas. La primera es que esta idea de que el amor es amor del bueno si es con la misma persona que conociste a los 17 en mi caso definitivamente no se aplica y que al menos racionalizado es bueno a pesar de sentirme poco más y la oveja negra de la familia por no seguir la tradición pero que igual me quieren y entienden. En segundo lugar que definitivamente las parejas de antes duraban un chorro más que las de ahora, podrá ser porque realmente les metieron en la cabeza esta idea de que si ya te metiste al matrimonio ya no te sales por nada del mundo, o tal vez sea simplemente el logro de la tolerancia y la paciencia que devienen del amor bien cultivado.

Mis abuelos estuvieron juntos como bajito por más de 70 años, mi abuelito Nelsón murió alrededor de los 94 años y a los pocos meses lo siguió mi abuelita Tomasa porque aparentemente no podía estar sin él, se levantó una mañana como siempre saludo a mi mamá y a mi prima y mientras la vestían dejó de respirar para acompañarlo en un pequeño mausoleo en La Península.

Mi familia es una romántica empedernida como habrán podido apreciar y por herencia yo también lo soy, aunque en la época en la que vivo realmente me entra la duda de si esto en una virtud en potencia o un obstáculo a mi racionalidad.

Update: La pulsera mega fantástica de tradición es de oro puro y debido a la crisis económica está empeñada, pero no se preocupen que se están haciendo arreglos para recuperarla algún día.



lunes, septiembre 19, 2005

Les dejo un cuento viejo

Vivía de sus imperfecciones aunque le dolieran hasta el hueso, o hasta esa fina tela que suele recubrir el espíritu para que no se desparrame. No era un lágrima lo que le costaba botar fuera de sí, era un océano de esos grises y horrorosos con los que a veces se encontraba en las pesadillas playeras. Cargaba encima con tanto peso que le era imposible avanzar y a cada paso que intentaba dar el peso de todas las cosas pesadas la aturdía.

Pero ella seguía allí, inmóvil, pensando en las soluciones adecuadas para todos los problemas ajenos, en espera de la mano concreta que se acerque a quitarle de encima el peso sin llevarse sus imperfecciones.

Como vivía de sus imperfecciones no podía elegir botarlas, las tenía demasiado enraizadas como para permitir su lejanía y el dolor que dichas raices le causarían al arrancarse de su piel. Con todas las ganas humanas de caminar y hacer camino aguantaba inmóvil en el mismo lugar de siempre, donde la nada la dejó a su paso, donde al menos es consciente de que existe. No sabe si existía antes de su permanencia, sólo sabe que el miedo de quebrarse frena su primer, delicado paso hacia otro ambiente, otro medio metro de piso que la espera.

Es en la decisión donde se termina trabando con el miedo decadente de caer sobre su nariz de no poder controlar el peso en una posición distinta, de romperse en mil pedazos que no podrá volver a juntar nunca, pero espera. Tiene toda la paciencia del mundo porque es nueva, porque tan solo está empezando a notar que la paciencia es tangible y es dura pero es. Cada minuto tiembla, en cada parpadeo una milimétrica pizca de su aroma se desvanece un poco y ella lo sabe y vuelve a temer. Está llena de paciencia pero la desesperación de desconocer el tiempo de espera la enloquece.

La paranoia la envelve, le amarra los pies, le hala los brazos, le susurra al oído buscando lograr su caída en seco dentro del siguiente universo de medio metro. La paranoia es fuerte, más fuerte que ella y más engañosa. Hacerle caso implicaba dejarse caer, huirle significaba moverse, la concentración estaba ocupada con la paciencia como para darle un poquito de tiempo a la indiferencia para salvar a la mujer paciente que vivía de imperfecciones.

La paranoia, el frío, el peso, el parpadeo, el tiempo, las imperfecciones, los gritos, las palabras sueltas, los nombres al vacío y la conciencia de la existencia convergen en su boca sin que ella repare un segundo en la atrocidad cometida, abriendo la boca con el viento en la garganta desgarrando cada cuerda neonata con el infame sonido de la furia.

Grita largamente, la paranoia se debilita y se acerca peligrosamente, es tragada por la mujer de gritos quien descubre la fuerza que late con ella. - Sólo cuando esté lista, solamente entonces avanzo.



jueves, septiembre 15, 2005

Doloroso Incidente

No sé bien exactamente como pasó, escuché el golpe, vi los vidrios, trate de hacer algo, me voltee y me di cuenta de que mi mano sangraba. Temblando avancé en el carro un poco y me detuve para tratar de limpiar la herida. Hay personas insensatas que sin consideración alguna como si se tratara de un juego esto de ser ser humano buscan una forma de lograr sus cometidos sin pensar en las consecunencias, en mi memoria hasta me parece que el perpetrador sonreía mientras se llevaba mi cartera, pero nunca lo sabré con certeza, así como nunca sabré cómo fue que los vidrios llegaron a mi mano izquierda cuando el vidrio que rompió fue el del lado derecho.

Recuerdo haber sostenido el bolso antes de que él huyera y recuerdo no haber tenido la fuerza para sostenerla por más de unos cuantos segundos antes de aceptar mi realidad y ver la sangre en el carro. Pensé no sería grave y me torturaba la idea de no tener ya mi teléfono, no por el aparato en sí, sino porque no tenía como avisar a nadie lo que me acababa de pasar.

Detenida tratando de limpiar la herida con el agua de un termo, el otro lado humano de los seres humanos se acercó a mí, un señor con unas frutas en sus brazos que se preocupó por mí, me guió a un pequeño policlínico cercano, me ayudo a estacionar en una calle traficada y cuidó el carro sin ventana durante todo el asunto. Me atendieron y noté que no era la cortada pequeña que imaginé pues la sangre, me parecía, en lugar de detenerse aumentaba en volumen de salida y mi mano temblaba y se adormecia. Un doctor acudió, me dieron agua, llamaron a mi familia y otras señoras me tranquilizaban, dolia pero el dolor era menos grave que los nervios.

El ladrón se fue con mi celular, mi inhalador, unas gafas, un brillo de labios y mi billetera, en ella se fueron licencia, cédula y un dibujito que atesoraba, no tenía más dinero que unas cuantas monedas y a decir verdad creo que todas eran de 1 centavo. Eso se llevó y a cambio me dejó el susto, la venda en mi mano y los creo que 8 puntos que me tuvieron que coser. Me da rabia no por haber perdido cosas, por eso ni un poquito, sino por el dolor, los pinchazos, las agujas, el alcohol y demás procedimientos médicos a los que debí someterme y los cuales odio con mi vida.

Escribo con una mano esto, y es bastante sencillo, son cosas como bañarse con una mano que cuestan un poco más, pero ya en una semana se van los puntos y vuleve mi linda mano izquierda. El bolso no estaba en el asiento de copiloto sino hundido cerca del freno de mano, el atento caballero se tomó la molestia de golpear el vidrio con la fuerza necesaria y el punto justo para romper la mayor cantidad de ventana para poder entrar un poco a sacarlo.

Esto me sucedió en Tungurahua y unas cuadras luego de la 9 de octubre, la verdad no recuerdo bien, sólo estén más alertas que yo que por esperar el momento de que la luz cambie mirando al semáforo me quitaron unos días de uso de la mano y me dejaron un terrible sabor a desconfianza y temor.



lunes, septiembre 12, 2005

Inconforme

Siempre me consideré una insociable, capáz de pasar mi tiempo en mi habitación encerrada mientras afuera se celebraba cualquier cosa, la chica que en el colegio decía que no cada vez que la invitaban a una fiesta y que aún sigue diciendo no cada vez que la invitan a una discoteca. Ahora bien, uno diría, ah lo que a tí te molesta es la aglomeración, pues sí, entre otras cosas detesto las aglomeraciones de gente, pero no es solamente eso o no sentiría la misma sensación de "quiero estar sola" cuando por ejemplo me visita mi familia, y mis sobrinos juegan con mis juguetes.

Pido en mi mente que me dejen sola, en silencio, con todo lo mío para mí. Diariamente me lleno de ganas de estar sola, sin nadie cerca y entonces se van todos por diferentes motivos y la casa es mía y pongo mis dvd's, luego escucho música y grito a la par de las canciones, y luego, luego pasa lo inesperado, me aburro. Y ya no quiero estar sola y debo llamar a alguien para no sentirme abandonada.

Nada es nunca por completo todo lo que realmente queremos, lo que queremos cambia tan rápido que complacernos es imposible.



jueves, septiembre 08, 2005

No hay

Mirando al techo cuando la noche sigue siendo la misma y el agua inunda las horas de oscuridad me aferro a lo que quiero ser, me olvido de lo que soy y pienso que mi existencia pertenece al aire. Cuando cada molécula de la piel que me forma empieza a evaporarse y volverse parte de todo lo que me rodea sin yo sentirlo. Es indoloro, es un simple proceso parecido a una desaparición que no tarda demasiado en completarse. Me separo en moléculas de aire que pueden moverse al unísono solo se mantiene unida el alma transparente que puede finalmente volar.

Es entonces cuando para de existir lo que se supone que es correcto, lo que todos me dicen que hay que hacer, lo que no puedo lograr y todo lo que no puedo tener, nada importa, sólo la sensación de caída libre y la posibilidad de flotar por el aire sintiendo el viento en mi cara, llena de una felicidad que en la realidad sé me es imposible de alcanzar, la felicidad de deslumbrarme por una estrella, la capacidad de brincar en el mismo sitio gracias a la alegría que habita en el simple acto de recibir un regalo. Eso que ya no me queda y que duele perder.

La inocencia de mi vida brilla tenue y pálida, sólo me quedan los sueños de aire, el ligero peso de mi alma y la llama intensa de una travesura que aunque vívida está condenada a muerte, me queda un espacio y un millón de palabras que callar, el corazón atado de pies y manos.

No es volver al lugar en el que fui feliz, es volver a ser feliz.



domingo, septiembre 04, 2005

Otra vez desde el pozo

Una brisa celeste de aliento tibio
arrastraba el halo intenso de inocencia
arquitectaba un camino de luces
que murieron pateadas por rapaces negros.

Décadas multiplicadas,
una continuidad injustificada,
nada me pertenece
ni el aire de tu boca
ni el móvil de mis pies
tampoco es mío el desorden
y se aleja lo que me da la gana.

Podría lenguarte y revelarte mi insensatez
podría aullar largamente y ensordecer a la mano que me da de comer
podría romper mis venas.

Sólo es realmente mía mi sangre
disponer de ella prueba mi libertad.

Todos los caminos son iguales
todo estándar me deja corta
carezco de requerimientos generales
inservible en el espacio muerto
en el planeta idiota
aquí donde el calor asesina
el amor justifica la muerte
y donde el dios perdona extremos egoístas.

Soñaba con ser una palabra elevada
como si mi sola presencia
me hiciera merecedora de atención
bobadas de niña dormida
de esas trenzas que solían quedarme bien.

Se agita la puerta a mi desnivel
impactante revelación:
al final siempre estamos solos,
esos otros son imágenes
fantasías simplistas de lo que anhelamos
sombras que nacen para ser esperanzas,
esperanzas que alargan nuestra estadía
vesticio pobre de alegría imperdurable.

Rehusarme es también morir
huirle al afán moderno
correr de la crítica mirada del universo negro
para estrellarme contra el concreto frío
acá nadie inventó una puerta trasera
de acá no sale nadie.



jueves, septiembre 01, 2005

Paseo

Empieza a oscurecer y las paredes que arman mi habitación pareciera que se acercaran más a mí, las siento estrechas. Empiezo a planear la huída. El calentador es reemplazado por un jean, algo de delineador negro, un pincho, la cartera y nos vamos. Como siempre las cosas que suenan bien no necesariamente son buenas.

La avenida Quito estaba despejada, dato increíble para la hora que era, el estómago me pide algo y yo recuerdo mi insolvencia monetaria y decido pasar por casa de Paulette para solucionar el problema. Ilusamente uno creería que salir de casa a revolver las librerías y tomarse el más grande helado es cosa fácil, entretenida y divertida. El atolladero de carros, los malos conductores, la gente que cruza la calle sin ver, los semáforos no sincronizados, las busetas, la búsqueda de parqueo, la cantidad de gente que deambula por los pasillos, el murmullo generalizado, la bulla de unos parlantes y en fin todo el circo que existe afuera de mi santuario llegan a mi de golpe mientras espero a un amigo que nunca llegó pero que sin saberlo salvaría la noche.

Salí de ese lugar fastidiada, con ganas de no volver jamás sin importar lo que me ofrezcan. La ciudad está tan llena de concentraciones humanas que me veo frágil en la idiotez del mundo que pasa ante mis ojos sin entender nunca nada. Ver adolescentes sin cerebro conversando frente a mí en la fila; tener que hacer fila para todo ya de por sí es un factor clave para comprender que la ilusión de salir un rato fue una simple idea tonta hecha por alguien que no midió las consecuencias de dichas acciones.

Afortunadamente una conversación oportuna, unas cuantas risas y el alejamiento completo de las masas para llegar a calles vacias y llenas de brisa donde caminar y caminar y caminar, me devolvieron la inocencia y la sonrisa. Definitivamente hay cosas que no es entretenido hacer sola.



Aquí

  • Penny Dreadful
  • Estela Imperdible
  • Silmarwen

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