Nunca he hecho promesas de fin de año, si las hiciera es probable que nos las cumpla. Soy terrible manteniendo propósitos cuando no me agaradan, como mantener demasiado tiempo una dieta, como dejar de hacer cosas que me gusta hacer o dejar de estar con personas con las que me gusta estar, me parece absurdo ponerse límites y bueno muchos pueden pensar lo contrario y que las cosas así engrandecen porque construyen disciplina y bla bla bla. Yo no entro en el bla bla bla, yo no tengo disciplina, tengo constancia, tengo motivación, y tengo tolerancia para seguir con las cosas que me hacen sonreir.

Otra vez se acaba un año, y esta vez creo que terminará diferente, las mismas caras que estimo y caras nuevas me acompañarán en el reventar del cielo, en el alcohol que tanto mal me hace y que por motivos de estúpidez crónica ayer consumí en exceso y cuyos efectos hacen que este 31 prefiera tomarme las cosas con calma.

Aprendí este año que no puedo ser tan buena como quisiera, no perfecta, en ese asunto ya hemos quedado claros que disto mucho del estereotipo, pero sí llevo el estigma de la buenagentez, de la niña que sigue las reglas al pie de la letra y que no rompe las buenas costumbres, tengo el estigma de la escolta de la bandera, de la niña que solo ha amado a un hombre en su vida, la niña que "debe ser buena" y a decir verdad en cierta forma lo soy, comparandome con algunos otros seres humanos pero en realidad no lo soy en el sentido completo de la idea porque en este año me he dado cuenta de a veces para salir adelante hay que endurecer un poco el corazón. No, sigo igual de mojigata, no ha terminado de salir de mi eso pero al parecer la vida es un gran tablero de juego y a veces hay que ponerle fe a los dados y hay que bluffear y hay que hacer alianzas, es eso o perder en la primera ronda.

Este año simplemente crecí de formas que me hacían falta, sigo creyendo que los buenos siempre ganan, sigo creyendo en el respeto mutuo y sigo creyendo en la amistad, a pesar de todo creo en la amistad, sí puede que les parezca una gil luego de que hayan sido destrozadas algunas utopías, pero qué les puedo decir cuando una puerta se cierra se abren diez más. También aprendí mil cosas de las emociones, aprendí a controlarlas en la medida de lo lógico, a no usarlas en mi beneficio, aprendí que existe un lugar en el que sin importar el tiempo que pase siempre me voy a sentir querida, ahí al lado del mismo hombro.

Ah y lo siento, de nuevo lo digo, discúlpame por equivocarme y manchar mi record de niña modelo con una bobada.

"Hoy vas a mirar pa' lante que pa'tras ya te dolió bastante".

Y ahí vamos recorriendo el camino, a veces toca recorrerlo sola, a veces con amigos de gran corazón, a veces con objetos de afecto, a veces con mi mascota y a veces con la familia. El camino que espera que lo pise y le patalee las veces que sean necesarias hasta que aprenda cómo es que hay que caminarlo. Mi revelación, el estereotipo ha muerto, la dulzura queda, los ojos son los mismos y las buenas intenciones forman el camino del dolor, sin embargo el corazón es certero en este asunto y sabe que nos lastimamos también solitos.

A veces hay que pensar con la cabeza y dejar que duela no más la panza en pos de una alegría duradera.

Mi sombra se refleja en el espejo de las palabras que nacen del camino recorrido, aquí vuelvo a ser yo pensando en mis pedazos de humanidad y en como se han ido formando, las cosas que se quedan "grabadas en el bios", las cosas que nos marcan de alguna forma, los huecos en el corazón, las sonrisas inolvidables y todo eso que arrastramos en la conciencia de estar vivos. El viaje recién empieza.

Uno de los más grandes clichés de mi memoria es ponerse a enlistar emociones de momentos memorables, y me doy cuenta de que hay un patrón que nos ayuda a regresar a momentos y es de alguna forma ponerles una categoría, claro esto no es algo que se racionaliza sino que simplemente se da. Como caminar por la arena y pensar en las otras miles de veces que se lo ha hecho y las personas que nos acompañaron.

Así terminé pensando en la importancia de las primeras veces, todos tuvimos una primera vez para todo, la primera palabra de por sí debió haber sido un inmenso rush así no lo recordemos, para mi algo genial fue la alegría de la primera vez que me pude amarrar los cordones de los zapatos yo solita, es sentirse la reina del mundo, que piquetero eso. Me entretengo en la travesía de la enumeración de las primeras veces, aunque ojo que las segundas veces suelen ser mejores que las primeras veces pero ese sentimiento de hacer/lograr/sentir/probar algo por primera vez es de alguna forma inimitable.

El viaje me lleva a pensar en cada primera vez, a escoger mis favoritos: la primera vez que escuché ese "te amo", la primera vez que me escribieron un poema, la primera vez que bailé merengue (sí, lo hice ¿y?), la primera vez que mi piel despertó deseos, la primera vez que abracé a mi perro cuando era cachorrito, la primera vez que me emborraché y la primera vez que hice cosas "ilegales". Todas desfilan a mis ojos, me arman y me conforman tan inevitablemente como las malas primeras veces, la primera vez que sentí el dolor de ver partir a alguien querido de este mundo o la primera vez que la realidad me tiró la puerta en la nariz.

Tenemos el cuerpo y el alma hechos de momentos que contarnos cuando la noche nos regala la otra cara de la luna (¡que frase más cursi! este blog es rosado te puedes dar una idea de a qué te metías). Y aunque pueda ser que las ya vividas primeras veces empiecen a perfilar lo que será la silueta de mi libertad de vida lo mejor de todo es sentarme a imaginar las primeras veces que aún no llegan, esas que me falta vivir, que me dan motivos para creer en la frasesita gastada de que "lo mejor está por venir".

Está todo dentro de mi, el sabor, los momentos, las caminatas absurdas, el brillo del agua sobre el parabrisas, el pan tostado, los desayunos extravagantes y la música para gritar sola en el carro. Yo y mis entrañas que guardan tanto, reposamos en el espacio mínimo de un pasillo iluminado y empapado de almas, unas presas, otras libres, ninguna propia.

Ayer me di cuenta de que César Vallejo, escribió un poema exactamente 45 años antes de mi nacimiento pero en la misma fecha, esas cosas locas que una cree que significan algo.

De vuelta al inicio de este capítulo de la vida, pero momentáneamente en la ilusión de que el tiempo se ha mantenido inmóvil y de que en el fondo seguimos hechos de lo mismo. Ya van a ser cuatro años de travesía, de existencia de este grupo de extraños que llegaron a apasionarse por lo mismo y que ahora de extraños no tienen nada.

Amigo, ahora que estás en el mismo espacio geográfico y rondas un poco cerca de nosotros es como estar nuevamente en ese lugar feliz al que tanto pertenecemos. Y las colas y las palomas son recordadas, y las estupideces que se cometían en nuestra imaginación activa, el yo le pego y yo lo mato; y tantas otras cosas que de pronto me parece que pasaron ayer. Lo genial de la sorpresa es que llegó a romper la rutina y a traer de vuelta la sensación de que en realidad nunca estamos solos, nos tenemos los unos a los otros.

La vida gira continuamente de diversas maneras y ninguno es lo que era, al menos no a primera vista, estamos un poco rotos, un poco contradictorios, con algo de nuevas costumbres y bueno, quemeimportistas como siempre, pero de alguna forma es el rompecabezas completo; tu presencia es la goma que hace que esto funcione como funcionaba. Y se agradece.

Nos dedico este post, al pentágono más yo, a los chicos que me llenan de cariño y que siempre estarán ahí para protegerme si lo llegara a necesitar. No soy directa ni cariñosa pero sepan que aprecio el cariño que recibo, que lo guardo y lo mantengo cerca para las noches frías cuando me hace falta un abrazo de aquellos.

Es cierto que hay momentos en los que me da un poco de nostalgía ver que aunque me sienta un poco como antes con esta visita en realidad es hoy y hoy soy distinta, pero el tiempo no pasa en vano, ahora faltan y sobran otras cosas, pero de que hemos crecido no hay duda, en especial en este útlimo año que en su paso atropellado pasó arrasando con un pocotón de cosas. Es la vida y cada vez es más interesante meterse en su juego.

Gracias, gracias al amigo de lejos que leyó mis angustías aunque no fueran propias y que me llena de abrazos en los momentos más difíciles, al amigo de cerca que conversa conmigo echado en los juegos del parque, al amigo fiel que siempre está listo para cuando se lo requiera, al amigo íntimo que conoció todos mis secretos y a ese que se hace el duro pero que me dice que todo va a estar bien cada vez que me coge la mano. Creen que no me doy cuenta, pero ya ven ahí están aunque no sea a diario y los valoro inmensamente con la intensidad del cariño de la niña tierna que siempre seré ante sus ojos.

Uno se hastia un poco del llanto pero hay cosas que por más que uno dice que no, termina siempre siendo que si, no voy a llorar pero termino igual , un poco más de caucho a punta de rebotes pero todavía no de cemento, prefiero la goma o el caucho que resisten mejor las caídas. Hay días fáciles y días difíciles, el pecho es uno solo. Algo no está bien en mi psiquis, estoy como un niño que observa la muerte de sus padres, la cotidianidad es la misma pero hay cosas adentro que no funcionan igual.

A mi los shocks me dan de dos maneras, la primera es hacer cosas sin saber porqué demonios las hago y la segunda es hacer las cosas por los peores motivos del mundo, esos de las telenovelas venezolanas, como destrozarse las muñecas solo para que alguien se sienta culpable, esos razonamientos absurdos que duran 2 segundos en la cabeza y que no me pueden negar que muchos en algún momento de sus vidas lo pensaron aunque sea por 0.5 segundos, si yo no soy santa he llegado a la conclusión de que es difícil que otros lo sean.

"No has tenido suficientes sufrimientos en tu vida", ¿qué clase de afirmación es esa? ¿O sea que si resulta que mi vida ha tenido la suerte de ser buena hasta ahora es necesario que alguien venga y meta su mano en pos de mis lecciones de vida? ¿Qué tontería es esa? Como te ha ido bien no pasa nada si hago algo que te destroce, después de todo te hace falta. Al carajo con eso, no me parece un pensamiento lógico, ni moral, ni ético, ni siquiera me parece humano, aunque descubriendo un poco más la verdadera naturaleza del ser humano, parece que lo que llamamos inhumano termina siendo lo más honestamente humano.

Ese día salí en minifalda, cosa que hago poco, me sentía preciosa por fuera y averiada por dentro, toda una marioneta llena de aire. Es el efecto número uno de mis shocks lo hice sin darme cuenta, cuando me vi al espejo vi que eran las once de la mañana y yo estaba para fiesta pero no iba a ningún lado hasta al menos una hora más tarde.

Que extraños seres somos, como en cada cual el cerebro tiene su propio código de reacciones que no se comprenden en la razón sino solo fuera del límite de la cordura, no mucho más allá sino casi casi que en la línea divisoria. Cuando la bordeo es que me da miedo pero algo me confirma que no la voy a cruzar que es solo el mismo miedo que causa estar al filo del precipicio debido a las posibilidades. Soy una llama estos últimos días, así voluble, como pensaba el niño Heráclito por allá por Efeso debo ser el primer elemento que le dio vida a la tierra, porque la vida es una transformación constante, aunque no tengo idea de quién mierda le dijo a mi vida que se transforme en un par de semanas, así de golpe nadie puede evitar salir herido. Dice Paul, "it's not right in one life too much rain", yo digo que no está bien tampoco, pero que tanta lluvia en tan poco tiempo como que debe ser aún peor, digo.

Supongo que estoy demasiado herida y supongo que me vale ser directa con mis palabras esta vez, no hay más versos en mi maleta, sí ya sé que nunca riman pero no sé qué otro nombre ponerles. Un alma se acercó a mi días antes a aceptar su culpa, a pedirme un perdón complicado de lograr pero con la honestidad en los poros, con el arrepentimiento en los ojos, listo para contener la rabia, los golpes y los gritos, para sostenerme fuerte para que no me rompa del odio y en ese sentido son perceptibles las pocas ganas de lastimar. Otra alma calló ante las revelaciones, rompió todas y cada una de las promesas que me hizo, y morirá creyendo que ha tenido la razón, que tal vez me lo merecía, que su versión es la real y que yo soy solo una gota entre el mar de gente que la rodea. Yo nunca me sentí gota, ingenuamente me creí más grande, y sí pues, mi culpa por idiota de creer que ese abrazo entre borrachas significaba algo.

Se ha dañado todo, pero prometo hacer mi esfuerzo y cerrar aquí el tema, después de todo como "no he sufrido suficiente en mi vida" no soy digna de ponerme en papel de víctima.

Tengo un romance conmigo misma, lo cual es interesante y refrescante cuando se suele tener romances con los otros y no con uno mismo. Hay mañanas que me enamoro de mi sonrisa, todo un proceso que se viene dando gracias al descubrimiento del sí se puede, del "no sos un trapo de piso" y de que todo eso que pensaba que no tenía resulta que sí lo tengo. Jamás he tenido disciplina para nada y siempre he hecho lo que me da la gana sin pensar en las consecuencias, llevo semana y media a dieta, una dieta fácil es cierto pero es una cosa que requiere disciplina de la niña que se come siempre todo, bueno, sigo haciendo en otros aspectos humanos lo que me da la gana pero ya trabajaremos en eso.

Tengo un romance conmigo porque soy jodida, cerrada y necia, porque la yo que soy cuando nadie me ve es traviesa y directa con sus ideas, cosa que hasta ahora solo a mi me parece interesante. La verdad es que la mitad del tiempo discutimos, no es un romance rosa y tierno, es más bien una cosa medio descabellada donde de vez en cuando se permiten mordidas y gritos. No me conformo, una quiere salir a embriagarse con alguien, otra quiere terminar de ver el primetime y las discusiones se vuelven pesadas, me grito tonta, me grito fea, me grito inútil y derramo lágrimas de furia. A la mañana me contento conmigo, me veo hermosa, me doy palmaditas en la espalda, leo lo que escribí entre agua y sal y no lo odio.

La conciencia está dormida, no se puede jugar a ser adulto con esa voz jodiendo a cada rato, en especial cuando la conciencia tiene voz de monja y yo tengo corazón de mujer fatal, sólo el corazón lamentablemente, aunque si la dieta funciona de pronto me ven en fin de año en pantalón de cuero y stilettos. Todos llevamos a cuestas este romance alterado, esta conciencia de que lo que somos y lo que queremos suele no conjugarse al mismo tiempo. Hoy tengo un romance conmigo que es imprevisible y absurdo, que me hace odiarme y amarme con intensidad, que me hace pensar en mi devanación de razonamientos que nunca me llevan a ninguna parte pero que hacen que en el reflejo de esos ojos en el monitor encuentre una motivación que estaba perdida.

Destrozando el paradigma que me impones

eso que crees saber de mi es falso

desde que me vi obligada a tragar tierra del suelo

espejismo de mujer real

suelta en un bosquejo roto

no queda más que deambular en la luna

conjurando significados

irrespetando el alma encerrada en piel

todo un demonio con tetas

una otra mía que se sale del cuerpo

y hurta momentos a mordiscos.

Renacer es un proceso extenuante

la noche aniquila ahogos,

sólo el papel escucha el gemido.

Cuando uno sale con personas nuevas tiene dos opciones, la primera es abrirse a ellos y ver como se arma algún tipo de conexión y la segunda es esperar que haya algo en común, una idea, un detalle que te haga sentir a gusto, yo por lo general tomo la segunda opción y la mayoría de las veces funciona bastante bien.

Mi gran ego hace que yo piense que soy dueña de la verdad en muchos aspectos, por ejemplo en el aspecto musical, donde mis gustos siempre serán mejores que los de otros. Siendo este el caso, salir a un bar un viernes con desconocidos y ver no solo que no teníamos nada en común sino que además al salir un video donde los protagonistas de un show eran los Backstreet Boys, Christina Aguilera, Sisqo, Enrique Iglesias y algún moreno cantor y que les haya parecido entretenido fue para mi un corte seco entre ellos y yo.

Y ahí fue cuando lo vi, soy una prejuiciosa del demonio, no le pensaba dar oportunidad a la noche porque estaba en un lugar donde la música no era de mi agrado, salí de ahí solo por no escuchar más Erasure, por no ver a un grupo de gente aplaudir ante un remix de una canción de Mecano; por no compartir mi tiempo en un lugar donde había tantas personas que creyeran que aquello que sonaba era bueno, sí por eso, soy una idiota pero al menos lo acepto.

Todo el sex appeal de un hombre se puede ir al carajo si me dice que escucha reguetón, vallenato o baladas en español tipo Ricardo Montaner, si me dice que escucha Arjona le puedo estar pegando. Siempre debe existir aunque sea un par de cosas en común musicalmente, algo a qué aferrarse un Fito, un Lennon, un Hendrix, unos Rodriguez aunque sea, sino la causa está perdida.

Ese día vi lo importante que era para mi este asunto y lo cerrada que soy al respecto, entonces vienen los cuestionamientos de ley: ¿es realmente posible definir a alguien por lo que escucha o es solo un burdo prejuicio? ¿es tan poco honorable creer que si alguien vive con la radio en una emisora romántica será imposible que congenie conmigo? ¿cómo se saca una un prejuicio como éste de encima si la mayoría de las veces ha tenido la razón?

El camino está gastado de los pasos, es un momento en el que miras para atrás y te das cuenta que has camindo hartísimo, mucho más de lo que hubieras imaginado. No es que el dolor no duela, es que ya sabes que hacer con él, no es que no den ganas de llorar por estupideces es guardar las lágrimas para las cosas importantes. Es la coordinación de ideas que se desarrollan antes de empezar los movimientos lentos o rápidos de estar viva.

El amor no es emblemar una frase y usarla indiscriminadamente, no es la obsesión ni la necesidad de poseer todos los detalles de la vida del otro; es otra cosa increíblemente más complicada dentro del pecho y extremadamente simple al mismo tiempo, como una mirada. Sorprendente.

Y eso de que llega un momento de la vida en que los años vuelan es cierto, antes un año era una cosa larga, ahora es un parpadeo inevitable que me constata que la vida no es tan grande y que pensar a los 23 que uno está cansado del mundo y de la vida, porque siendo honestos a veces todo se pone medio estúpido, es simplemente una falta de paciencia porque seguramente todo será distinto cuando tenga 35 o 40 y eso puede suceder pronto justamente por lo del parpadeo de los años y si ya está cerca mi futuro pues bien uno puede aguantarse aunque sea por la curiosidad de saber que viene porque no tardará demasiado en venir.

El carpe diem empieza a metérseme en las venas y francamente no me molesta envolverme de locuras, empaparme en ideas ajenas, permitire soñar despierta algunas noches y dejar que me sorprenda el destino. Alguien me lo dijo al oído en la madrugada: "eres más madura". Y no me tomo la vida en serio, y soy feliz con un Playstation 2 al frente, quiero ver Narnia y rascarle la panza a mi perro, pero sí soy más madura de alguna forma, de la forma que queda luego de que a una las certezas la zarandean por el piso revelándose como incertidumbres. La madurez no es ponerse traje de sastre y zapatos de taco como una cree cuando es niña es una cosa que existe dentro de la habilidad de respuesta a lo que a veces asusta.

Así una manzanita roja y pefecta no soy tampoco, no sé si se puede madurar en un par de meses pero seguramente tengo algo que no tenía, claro que para eso también dejé de tener algo que tenía, rompi unos lentes rosados y unas ilusiones de humo. Sin embargo, a pesar de la dulzura que existe en mi pasado ahora sé que continuar en la inocencia de quien no sabe de qué está hecha la vida y la humanidad es solamente un boleto sin retorno a la locura.